viernes, 18 de enero de 2013

La solución es escribir

    Es curioso cómo, durante estos últimos días en que las ganas de crear un nuevo blog me empezaron a rondar la mente, se me ocurrieron un montón de ideas para distintas entradas, bastante interesantes algunas, y ahora que lo creé y tengo que llenarlo por si alguien se topa con él, parece ser como si todas se hubieran evaporado de mis recuerdos dejándome sólo con las ganas.
   Pero bueno, decidí solucionar el "problema" de la única forma que sé: escribiendo.
   Algunos de los que me conocen suelen decir que cuando escribo soy otra persona, que tengo mucho más para escribir que para decir. Y sí, yo creo que es cierto. Soy una persona muy tímida a la que la palabra hablada no le es demasiado sencilla; suele resistírseme y trabarse a medio camino, o incluso antes de poder dejarla salir de mis labios.
    Por eso me resulta algo positivo que me tocara vivir en una época en la que la escritura es el canal utilizado por muchos medios de comunicación rápidos. Me suele pasar que chateando suelo expresarme y hablar más que en persona. De hecho, dos amigas conocidas por ese medio se quejaron de dicho problemilla cuando logramos conocernos, personalmente con una y a través de Skype con otra. Las palabras salían perezosas complicando un poco el proceso de hablar. 
   No sé, tal vez sea porque al escribir puedo borrar y reformular lo que digo antes de hacerlo público, o tal vez porque no veo las caras de aquellos a los que me dirijo. La cosa es que estoy segura de que si tuviera que hablar de esto mismo adelante de alguien, no me saldría. Me trabaría, dudaría, me pondría nerviosa y comenzaría a medio tartamudear cólgandome con muletillas como "eh... porque...eh..." hasta aburrir a la otra persona y hacerla bostezar. Cosa que, obviamente, me pondría más nerviosa. Creo que por esto muchas veces me cuesta relacionarme con gente que no conozco y prefiero quedarme callada y escuchar.
  Y ahí está, escribí y me dejé llevar por las letras del teclado como un pintor hace con su pincel por el lienzo. De esta forma me convenzo de que realmente necesitaba este lugar. Porque, al igual que la pintura, la escritura es un arte, y como tal, debe poder ser expresado sin ataduras, para poder sacar hacia afuera lo que tenemos escondido por dentro.  

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